Vemos cada día en prensa noticias negativas sobre nuestra ciudad y provincia: Negocios y empresas que cierran o se deslocalizan, pérdida y envejecimiento de población, deterioro de los servicios públicos y privados y, lo peor, una sensación de pesimismo y resignación.
Ante tal situación, agravada además por la pandemia, tenemos que crecernos ante la adversidad aprovechando nuevas oportunidades como el teletrabajo. La mayoría desconocía esta modalidad laboral, que algunos llevamos lustros practicando, y las empresas lo han acogido favorablemente pues se ha demostrado que la productividad se ha mantenido o ha aumentado y se han visto beneficiados también los trabajadores (facilidad de conciliación, ahorro de tiempos en desplazamientos y combustible) y el medioambiente (reducción de la contaminación).
Muchos son los palentinos que han tenido que emigrar lejos para ganarse las lentejas, pero ahora tenemos una oportunidad de ofrecerles regresar a casa. Los últimos cuatro meses del año, los billetes de AVE con Madrid reducirán su precio considerablemente y con Valladolid incluso serán gratuitos, dando la posibilidad a los más de 25.000 paisanos que viven (y muchos trabajan) en esas ciudades de volver a Palencia y desplazarse algunos días a la semana a sus oficinas a un coste razonable.
Obvias son las ventajas de vivir en nuestra ciudad: Una gran calidad de vida, donde cunde el tiempo, es ideal para criar chiguitos, estamos rodeados de amplias zonas verdes, tenemos buenas comunicaciones (1h 15 min de Madrid y menos de 2 horas de la playa), nuestro índice de criminalidad es muy bajo y disponemos de una muy buena oferta de ocio, cultura, deporte, gastronomía, salud y educación. Si se prefiere el mundo rural, la provincia dispone de un gran número de localidades con diversos y distintos encantos, sólo ensombrecidos en algunos caos por falta de infraestructuras como la fibra óptica o servicios como consultorios médicos o entidades bancarias.
Sólo los que hemos vivido, y sufrido, las incomodidades de las grandes ciudades, sabemos valorar bien las ventajas que ofrece la vida en nuestra querida Palencia.
Pero, los (re)pobladores no van a caer del cielo. Es necesario atraer su atención y ayudarles a regresar (si quieren). Además, hay otro perfil de trabajador que seducir: el habitante de grandes ciudades, sin arraigo en la España interior, pero que busque la tranquilidad y comodidad de una zona rural o de una ciudad pequeña.
A todos ellos, debemos darles las máximas facilidades y nuestras instituciones deberían implicarse al máximo en esta tarea realizando acciones como: campañas publicitarias vendiendo las bondades de vivir y teletrabajar en Palencia; crear una oficina de ayuda al retornado o nuevo habitante con asesoramiento en búsqueda de vivienda, colegios, trámites administrativos (empadronamientos, tarjeta sanitaria, bonobús, carnés varios, etc), mudanzas u otras necesidades; Impulsar los establecimientos de coworking (el único existente se ha llenado este verano); Estudiar incentivos fiscales a los nuevos pobladores, etc.
La labor no es pequeña y la administración local debería predicar con el ejemplo. La Diputación de Palencia ha establecido protocolos de teletrabajo, pero no así el Ayuntamiento de la capital. La Junta también debería mejorar los suyos. Asimismo, se debería incentivar a las empresas a que favorezcan el teletrabajo de sus empleados.
El momento es ahora. Aprovechando la oferta de RENFE, los poderes públicos locales deberían poner toda la carne en el asador para que los teletrabajadores palentinos pasemos de ser decenas, a ser cientos.
Ni que decir tiene los beneficios que reportarían estos nuevos habitantes a nuestra capital y pueblos: Rejuvenecimiento de la población, dinamismo económico y social y aumento de la autoestima y la ilusión haciendo de Palencia una tierra de oportunidades, amiga de la infancia, no solo sobre el papel, e ideal para desarrollar un proyecto de vida. Además del incremento demográfico, se aumentaría la recaudación vía impuestos que debería traducirse en mejora de los servicios públicos.
Con la vuelta al pueblo o a la capital, se podrán reabrir escuelas o incrementar el número de cartillas sanitarias, haciendo que estos servicios sean viables y sostenibles.
Indudablemente, esta medida no resuelve el problema de la despoblación en su conjunto, pero fomentaría la repoblación de la provincia, sobre todo atrayendo a personas de una franja de edad sensible (personas en edad fértil) en proceso de creación de nuevas familias.
Actuemos ya. No hay tiempo que perder: Alcalde, presidenta de la Diputación, políticos de todos los partidos, únanse ya y tengan altura de miras. El tiempo para salvar Palencia se acaba y son ustedes los que más deben creer en sus posibilidades, nuestras posibilidades. El teletrabajo no es la solución a todos nuestros problemas, pero sí un tren al que tenemos que subirnos, pues Palencia ya ha perdido demasiados.